Cuando decidí por primera vez tener gallinas, confieso que fue porque quería tener huevo fresco, sano y delicioso para la familia. También me interesaba ayudar al planeta y por lo pronto: los huevos que comemos en casa nunca fueron manejados, empacados, o transportados en camiones por largos trechos, , ni estuvieron largo tiempo en un supermercado para llegar a mi mesa. Como antigua vegana, (y mira que lo fui por mucho tiempo), siempre ha sido importante para mí el bienestar de los animales. He oído las historias horribles sobre el trato que se le dan a las gallinas en las granjas procesadoras de carne y quería asegurarme, ver con mis propios ojos que mis gallinas vivieran felices y sanas, verlas correr y cacarear al aire libre. Aparte, el beneficio adicional de tener gallinas es que te ayudan a reducir el desperdicio de alimentos.

Todos sabemos que es el desperdicio de comida. Abres el refrigerador y ves los pimientos arrugados, todos pichichos, las verduras viscosas y manchas oscuras en las calabacitas. Le sirves de comer a tu hijo, le da dos bocados (cuando mucho) y te dice, “ya acabé.” Todos hemos guardado lo que queda de la comida, y un día con hambre y después de un largo día, abres el refrigerador, abres el tupper solo para recibir ese olor de comida mala. A nadie le gusta desperdiciar comida, entonces, ¿Qué hacer? Aquí te doy algunas ideas:

  1. Hacer un plan de la comida para una semana, comprar solo lo necesario y planear también cómo aprovechar la comida que va sobrando. Pensar en usar las sobras en la comida
    2. Guardar: congela, deshidrata, enlata las sobras de la comida que quedó.
    3. Reutilizar: usa los huesos y restos de vegetales para hacer caldos, encuentra recetas creativas para aprovechar la comida que a menudo va a terminar a la basura, (como los rabos de zanahoria, del cebollín)
    4. Organizar: etiqueta y fecha todos los artículos del refrigerador y del congelador, haz un inventario de los alimentos que tienes en el refri y en la despensa y tómalo todo en cuenta cuando haces el menú semanal y escribes la lista de las compras.
    5. Compostar: hay muchas formas de hacerlo. Dependiendo del espacio que tengas, la ubicación y tus necesidades es que puedes elegir el método que más te convenga.
    6. Pensar en donar lo que no usas a tu banco de alimentos local, pregúntales qué artículos son los que más necesitan y aceptan. Algunos bancos de alimentos recomiendan donar una parte de lo que cosechas de tu huerta.
    7. Alimentar a tus gallinas: Dales de comer a tus gallinas lo que sobra de comida que no esté contaminada y que sea apropiada para ellas, también puedes buscar una granja local que acepte sobras de comida para sus animales y donársela.

Además de su alimentación normal, a nuestras gallinas les damos sobras de fruta y verduras y algo de la comida que dejan nuestros hijos. ¡Les encanta la fruta, las verduras, lo granos y los frijoles! Como voluntaria en la cafetería de la escuela de mi hija, pude observar con tristeza como una gran cantidad de comida iba a dar a la basura. Llegué a un arreglo con la escuela me dejaron llevar una cubeta vacía por la mañana y llevársela llena a mis gallinas por la tarde. ¡Redujo en gran medida la cantidad de desperdicio de comida en la escuela, y les da a mis gallinas un alimento que les encanta! Nada más observa el gusto con el que las gallinas se comen esas sobras.

¿Has encontrado alguna forma de reducir el desperdicio de alimentos en tu casa o comunidad?, ¿de utilizar las sobras de comida de una forma especial? Cuéntamelo todo en los comentarios, siempre podemos aprender unos de los otros.

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